Los censos son la peste y
perdición de España. Y es que el mercader por el dulzor del seguro provechoso
de los censos deja sus tratos, el oficial desprecia su oficio, el labrador deja
su labranza, el pastor su ganado, el noble vende sus tierras, por trocar ciento
que le valían por quinientos del juro... Con los censos casas muy floridas se
han perdido, y otras de gente baja se han levantado de sus oficios, tratados y
labranzas a la ociosidad, y ha venido el reino a dar en una república ociosa y
viciosa.
óóó
A la parte de los ricos se
ha acogido la mayor parte de la mediana, por los censos, por las dotes, y por
los mayorazgos, que quitando de los ricos y de los medianos han hecho un cierto
estado, y género de gente de por sí, que sin ser de los ricos, ni de los
pobres, ni medianos, han puesto la república en el desconcierto que la vemos.
Martín González de Cellorigo, Memorial
Después de un largo silencio
se levantó Cromwell: “Fuerza es hablar hoy día –dijo- o callar para siempre. No
se trata nada menos que de salvar una nación ensangrentada y casi moribunda del
deplorable estado a que la ha reducido la prolongación de la guerra. Si no la
continuamos de una manera más enérgica, más rápida y más eficaz, si sólo
peleamos como aventureros que únicamente medran con los combates, el reino se
cansará de nosotros y llegará a serle odioso el nombre de Parlamento. ¿Qué
dicen nuestros enemigos? Aún más; ¿qué dicen muchos que eran amigos nuestros al
abrirse este Parlamento? .... Que los miembros de ambas Cámaras han alcanzado
grandes empleos y mandos; que tienen la espada en la mano, porque con su
influjo en el Parlamento y su autoridad en el ejército quieren perpetuar su grandeza,
ya que estos tales no permitirán que la guerra se acabe por temor de que con
ella no se acabe también su poder”.
François Guizot “Historia de la revolución en Inglaterra”: Discurso
de Cromwell ante el Parlamento (9/12/1644)
La política es la ciencia de
siempre usar los medios más convenientes de acuerdo con los propios intereses
de uno. Para actuar en la conformidad con los intereses de uno, uno debe saber
lo que estos intereses son, y para ganar este conocimiento, uno debe estudiar
su historia y aplicación... Uno debe intentar, sobre todo, para conocer el
genio especial del pueblo al cual quiere gobernar para saber si uno debe
tratarlos indulgente o severamente, si ellos se inclinan a sublevarse... a
intrigar...
[La nobleza Prusiana] ha
sacrificado su vida y bienes en el servicio del estado; su lealtad y mérito le
han ganado la protección de todos sus gobernantes, y es uno de los deberes [del
gobernante] ayudar a esas familias nobles que se han empobrecido para
guardarlos en la posesión de sus tierras; porque ellos son considerados como
los pedestales y los pilares del estado. En tal estado ni facciones o necesidad
de rebeliones se teman... eso es una meta de la política de este estado para
conservar la nobleza.
Un gobierno bien dirigido
debe tener también un concepto subyacente integrado que pudiera asemejarse a un
sistema de filosofía. Deben razonarse bien todas las acciones tomadas, en todo
lo financiero, político y militar, deben fluir hacia una meta, que es el
fortaleciendo del estado y fortalecimiento de su poder. Sin embargo, tal
sistema debe fluir pero de un solo cerebro, y este debe ser el del soberano.
Federico II de Prusia. El Testamento político,
1752